domingo, 7 de septiembre de 2008

3n 3zto m3 h3 ConV3rTiDo

Nada, ya no queda nada. Nada por lo que luchar, nada por lo que vivir, solo odio, odio y venganza. El llanto de mis enemigos es una melodía, su dolor, autentico placer, y su alegría, mi tortura. Es así como vivo, y es esto en lo que me he convertido. Pero no siempre fui así, hace mucho tiempo intente ser feliz, tuve unos compañeros, unos amigos con los que lo compartía todo, lo bueno y lo malo, pero ya no están aquí. Ya no están a mi lado, y no recuerdo el porque. Solo recuerdo que caí en un pozo oscuro de desesperación, no veía nada, no sentía nada, solo la mayor de las sombras, el peor de todos los sentimientos, un frío y oscuro dolor que desgarraba mi alma. ¿Cuánto tiempo pase así? No lo se, quizá minutos, quizá días... o incluso años. Pero un día todo cambió, salí de aquella desesperación, de aquel líquido oscuro que no me dejaba respirar, y volví a nacer. Pero todo a mi alrededor había cambiado, yo mismo había cambiado. Ya no era el de antes, ahora estaba marcado, marcado por el dolor, por la desesperación, por el sufrimiento. Marcado por la soledad. Moría de asfixia cada día. Me despertaba desgarrado por el miedo que me causaban mis incesables pesadillas, el miedo a mi mismo. Entonces tomé una decisión, comencé a andar por el camino de la venganza. Mi único fin es la destrucción de aquellos por los que me había quedado solo, un enemigo que tanto mal me había causado. Pero esta venganza me consumía poco a poco, cada vez recordaba con mayor dificultad esos momentos felices, como era todo antes. Ahora ya no duermo, no sueño, no sonrío, no hablo. Ahora ya no temo a la muerte o a la soledad, pues hace mucho que han pasado a ser mis únicas compañeras. Ahora soy una carcasa vacía, un susurro de lo que fui. Me he convertido en el vengador oscuro, un ser sin pasado, ni futuro, ni presente. Un ser sin sentimientos. Ahora soy el Demonio Rojo de Aden, solo vivo por y para mi venganza. Mi esperanza de salir de este maldito lugar se extinguió hace tiempo. Todo ha acabado para dar lugar a este dolor eterno. Permaneceré durante el resto de los siglos en el purgatorio, esperando un perdón que no llegará, sin siquiera saber por qué pedir perdón Es así como vivo, y es esto en lo que me he convertido.

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